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  • domingo 19 de mayo del 2024

Transgénicos: La importancia de valorar semillas orgánicas

Chef Adolfo Perret afirma que semillas orgánicas guardan la historia de nuestra cocina

01 de noviembre del 2020

El reconocido chef peruano Adolfo Perret asegura y defiende que una sola semilla orgánica, ante el posible ingreso de transgénicos,  guarda la historia de miles de años y secretos de modos de cultivos que han sido transmitidos por siglos de padres a hijos.

El dueño de la cadena de restaurantes Puntal Sal hizo tal afirmación durante su participación del conversatorio “Gastronomía: Riesgos de los transgénicos en la cocina peruana”, organizado por el movimiento Slow Food en Perú.

“El Perú es casi una siembra ecológica”, dijo para explicar que las semillas orgánicas que cultivan los productores locales son producto de un recorrido que han hecho estas a lo largo de todos los pisos ecológicos del país durante muchos años.

Enfrentar una semilla orgánica frente a un transgénico es como decidir por dos modelos de cultivo completamente opuestos en todos sus espectros.

La semilla orgánica es parte de una siembra ecológica con productos de alta calidad, que nace de un banco genético inmenso como parte de la biodiversidad que asiste a la agricultura familiar –la misma que por siglos mantuvo procesos que los cocineros actuales aprovecharon para lograr lo que es en la actualidad la cocina peruana.

Mientras que una semilla transgénica es parte de un proyecto que biotecnológico que prioriza el rendimiento por hectárea y que atropella los cultivos para saciar las ambiciones de oligopolios que intentan entrar al país, según dijo Perret.

El chef sentencia que es ese banco de semillas que tiene el Perú y su genética la única capaz de “salvaguardar nuestros productos”: como los 3,600 variedades de papa, 2,000 de quinua, más de 500 de camote y 36 de tomate.

“Este país es una bendición, entonces tenemos que poner mucha atención y esforzarnos para poder hacer prevalecer aquello que tiene una gran importancia para la alimentación del Perú”, concluyó.

El problema

La propaganda en favor de transgénicos habla de plantas con capacidades de resistir diferentes afecciones que puede padecer un cultivo. Y eso puede ser bueno, pero hay que entender que se hablan de plantaciones que tienen como vecinos, posiblemente, a siembras orgánicas.

Perret explica que la polinización asistida en las que intervienen mariposas, abejas y otros insectos puede trasladar y llevar a cultivos aledaños y ecológicos el material genético modificado infectándolo.

“Cuando nos ponemos a pensar que hablamos de gente que tiene problemas de celiaquía, alergias o son intolerantes [a ciertos alimentos], puede haber una afectación por ser [cultivos] contiguos a sembríos no orgánicos”, dijo el chef.

La idea la cierra señalando que son 14 millones los agricultores que siembran transgénicos en todo el mundo. El Perú es espectador de este mercado de soya, trigo y arroz modificado genéticamente y ser importantes commodities; mientras empuja granos andinos como la quinua, que Perret augura como un futuro commoditie por su gran aceptación mundial.


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