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23 de agosto del 2023#OPINIÓN El campo ante la segunda vuelta electoral
Nuestro sector puede decidir el triunfo del mal menor
Por: Ing. Luis Zúñiga Rosas-ex Presidente de CONVEAGRO
Tras las elecciones generales del 10 último, dos candidatos presidenciales de la derecha neoliberal han quedado para definir en segunda vuelta -el cinco de junio- quién gobernará al país en el próximo quinquenio; hasta el 2021, Año del Bicentenario de la Independencia Nacional.
- Por lo menos hasta ahora ni Keiko Fujimori Higuchi, de Fuerza Popular, ni Pedro Pablo Kuczynski Godard, de Peruanos por el Kambio, han demostrado identificación alguna con el campo, donde está el 25% del electorado nacional.
- Este significa que los productores agrarios, campesinos y nativos no tenemos candidato; sino únicamente la opción de votar por el mal menor.
- Antes de profundizar sobre el tema, lamento que la genuina nacionalista Verónika Mendoza Frisch, candidata del Frente Amplio, no haya quedado para disputar la segunda vuelta por un escaso margen de 2% y pizca frente a su competidor inmediato.
- Pero en pocos meses de campaña franciscana, ella pudo ubicar a la izquierda y las fuerzas progresistas como tercera fuerza política del país y segunda en el Congreso de la República, con 20 parlamentarios electos. Lo hizo por identificarse claramente con las grandes causas de nuestro pueblo, incluyendo las del agro; incluso mucho más que Alfredo Barnechea, de Acción Popular.
- Ahora, para tener futuro en la política nacional, Verónika Mendoza y la bancada del Frente Amplio sólo tienen que luchar por el programa que atrajo los votos de 2´861,957 de peruanos; sobre todo del centro-sur campesino, enriqueciéndolo constantemente con la participación activa de los organizaciones sociales y académicas.
- Dentro de este marco, la clave está en emplazar al neofujimorismo sobre el cumplimiento de los artículos 88 y 63 de la Constitución fujimorista de 1993, cuando ella era Primera Dama de la Nación y a Pedro Pablo Kucyzynski respecto al cumplimiento de las políticas de Estado XV y XXXIII del Acuerdo Nacional, así el Pacto Agrario Nacional o Carta Verde, suscritos cuando él era Ministro de Economía y Finanzas y Presidente del Consejo de Ministros en el gobierno de Alejandro Toledo.
- Kuczynski firmó personalmente la Carta Verde el 20 de febrero del 2004, pero luego la ignoró por completo en la negociación y el cierre del Tratado de Libre Comercio (TLC) con EE.UU, para favorecer a los intereses de su patria adoptiva, tal como consta en el acervo documentario del proceso correspondiente.
Lo mínimo que necesitamos los pequeños y medianos productores, igual que las comunidades campesinas y nativas que cubrimos el 70% de la alimentación nacional, es mercado rentable para nuestros productos; en vez de la “competencia” desleal de las importaciones subsidiadas o subvaluadas en el exterior y encima desgravadas en el plano interno.
- En los últimos 25 años, los gobiernos de turno —salvo el de Transición— no sólo nos han ignorado, sino también nos han agredido, como buscando que abandonemos nuestras tierras para alimentar el crecimiento voraz de los neolatifundios agroindustriales y agroexportadores.
- Ésta es la situación en que nos encuentra la segunda vuelta electoral, agravada por la traición del régimen ollantanadinista y las exdirigencias de CONVEAGRO y la Junta Nacional de Usuarios de los Distritos de Riego del Perú, a la cual ya no pertenecen la gran mayoría de juntas regionales. A ello se suma el suicida conformismo de las bases de estas instituciones, deslegitimadas por sus últimos conductores(as)
- ¿Cuál es nuestra alternativa, entonces?. Todos ya sabemos que Keiko Fujimori avaló todos los hechos de su padre-presidente, hoy preso por los crímenes de lesa humanidad cometidos en alianza con el bandido Vladimiro Montesinos, aunque todavía no condenado por los multimillonarios saqueos al erario público. También conocemos que no tuvo empacho en sustituir como Primera Dama a su madre expulsada de Palacio de Gobierno y luego torturada en el “Pentagonito” por denunciar los robos de donativos japoneses que venían cometiendo sus tías paternas. Y para nadie es secreto que con una mayoría absoluta en el Congreso y el Poder Ejecutivo en la mano, Keiko tendría el poder absoluto para hacer lo que le viniese en gana, comenzando por la excarcelación de su padre y posiblemente de su tío putativo Vladimiro Montesinos Torres. En consecuencia, votar por ella significaría ponerse voluntariamente la soga en el cuello.
- Tampoco Pedro Pablo Kuczynski —el otro candidato de la derecha neoliberal— nos suscita simpatía y confianza alguna. Pero, por lo menos hasta donde conocemos, él no registra el prontuario de la familia Fujimori.
- Sin embargo, tampoco podemos votar a ciegas por él. Tenemos que exigirle definiciones y compromisos concretos en torno al agro, mejor aún notarializados, para que no vuelva a suceder la estafa político-moral de la Carta Verde.
- Lo que no debemos en esta coyuntura es votar en blanco o viciar el voto, porque ello sólo favorecerá al autoritarismo totalitario.
- Ya llevamos 25 años de padecimientos por culpa del neoliberalismo dictatorial, excluyente, desnacionalizador y tecnocrático-plutocrático. El mal menor no puede ser peor que éste.
La clave está en emplazar al neofujimorismo sobre el cumplimiento de los artículos 88 y 63 de la Constitución fujimorista de 1993, cuando ella era Primera Dama de la Nación y a Pedro Pablo Kucyzynski respecto al cumplimiento de las políticas de Estado XV y XXXIII del Acuerdo Nacional, así el Pacto Agrario Nacional o Carta Verde, suscritos cuando él era Ministro de Economía y Finanzas y Presidente del Consejo de Ministros en el gobierno de Alejandro Toledo.
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