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El gran camélido nativo —absurdamente menospreciado— que puede darnos: más carne fresca y seca, casi con cero colesterol; fibra versátil para diversos usos en la artesanía y la industria textil, piel de primera calidad para la curtiembre e industrias conexas, una nueva fuente de leche y fuerza de trabajo para carga (hasta 50 kilogramos), tiro (de carretas) y monta (de niños), sobre todo en circuitos y recintos turísticos; además de ser una excelente mascota
Habla el médico veterinario y zootecnista Ph.D. Godofredo Mamani Choque, máxima autoridad técnica nacional en el mayor de los camélidos sudamericanos
Entre las crianzas oriundas de nuestro país está la llama (Lama glama), con 55,250 unidades de producción (criadores) y 112,911 cabezas, según el IV Censo Nacional Agropecuario (IV CENAGRO) ejecutado en el 2012.
Sin embargo, esta milenaria especie permanece prácticamente al margen de las preocupaciones oficiales, no obstante atesorar extraordinarias potencialidades económicas para ponerse en la vanguardia de la economía pecuaria de los Andes, incluso como respuesta al calentamiento global y el cambio climático.ntre las crianzas oriundas de nuestro país está la llama (Lama glama), con 55,250 unidades de producción (criadores) y 112,911 cabezas, según el IV Censo Nacional Agropecuario (IV CENAGRO) ejecutado en el 2012.
¿Por qué sucede esto y cuál es la solución?
Para despejar estas incógnitas AGRONOTICIAS fue a hablar con el médico veterinario y zootecnista Ph. D. Godofredo Mamani Choque, profesor principal de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la Universidad Nacional del Altiplano (Puno) y experto nacional en llamas, como discípulo predilecto del venerable Maestro Enrique Franco Llaury (UNMSM-La Raya, Cusco).
Aquí la síntesis de lo tratado con él.
ORIGEN Y EVOLUCIÓN
— Para comenzar, Dr. Mamani Choque, ¿cuál fue el centro de origen de la llama en el mundo y aproximadamente cuándo llegó al Perú de hoy?
— Los camélidos aparecieron en América del Norte hace unos 45’000,000 de años, a partir de un pequeño antecesor con 30 centímetros de talla (Protylopus petersoni), el cual derivaría en la tribu Lamini, representada por fósiles del género Pliauchenia, que se originó entre 9’000,000 y 11’000,000 de años atrás en las praderas del oeste norteamericano. Sobre este predecesor surgió luego el género Hemiauchenia, hace aproximadamente 10’000,000 de años. Algunas especies de este género migraron hacia América del Sur durante la transición del Plioceno al Pleistoceno, hace unos 3’000,000 de años. En la misma época, otros antecesores de los camélidos —pertenecientes a la tribu de los Camelini— emigraron al Asia por el estrecho de Behring, para continuar evolucionando, hasta la domesticación de los camellos y dromedarios de hoy.
— ¡Qué interesante!
— Los camélidos constituyeron un recurso vital para las poblaciones humanas asentadas en el centro-sur de los Andes durante todo el Holoceno (hace unos 2’000,000 de años). Y a partir de su domesticación, la llama se convirtió en un recurso poliproductivo y multiutilitario para las tempranas sociedades pastoriles, mediante un morfotipo generalizado e intermedio de las razas actuales. Posiblemente el incremento de la complejidad sociopolítica generó —luego— morfotipos más especializados (carne, carga y fibra). Asimismo, la investigación arqueoalimentaria indica que la presencia de proteínas animales en la dieta de los peruanos primigenios siempre fue importante, incluso tras el desarrollo de la agricultura intensiva, con ejes en la papa y el maíz.
DOMESTICACIÓN
— ¿Cuál fue el área de dispersión de la llama en Sudamérica?
— La separación entre los géneros Lama y Vicugna en el subcontinente ocurrió hace 2’000,000 de años, aproximadamente, aunque la domesticación tuvo lugar mucho tiempo después y —según la mayoría de investigadores— únicamente en los Andes. Todavía no hay acuerdo en cuanto a la cronología y si existieron uno o varios centros de domesticación. Pero el grueso de la información arqueológica sobre la domesticación de la llama proviene de la región central de los Andes (Perú), especialmente de varios sitios de la puna de Junín. Estas investigaciones sitúan la domesticación entre los 9,000 y 2,500 años antes de Cristo (a.C), a 4,000 metros de altura sobre el nivel del mar. El estudio de la zona sur-central de los Andes complementa y amplía la información obtenida en la zona central y sugiere que los camélidos eran fundamentales para la mayoría de los grupos humanos que ocupaban la región altoandina —por encima de los 3,000 msnm— alrededor del 8,500 a.C.
— Ajá
— De la caza de animales silvestres, los antiguos peruanos andinos derivaron a la domesticación de algunos, para proveerse de fibra, carne, cuero, combustible (heces) e —incluso— medicinas (piedras bezoares o cálculos en el sistema gastrointestinal). Además, los camélidos fueron importantes en sus mitos, creencias y ritos, sobre todo durante el imperio incaico.
— ¿Cuáles habrían sido las culturas más avanzadas en la materia?
— En la cerámica y la textilería de las culturas Tiawanaco, Wari e Inca es muy común hallar representaciones de la llama, por haber sido una especie muy ligada a la economía de las sociedades altoandinas y plenamente adaptada al rigor de la puna, como lo es hasta hoy. Por ejemplo, en la textilería incaica existen numerosos símbolos o tocapus cuyos significados aún están en estudio. En general, la carne de la llama fue usada principalmente para hacer charqui (carne deshidratada), su cuero para confeccionar ojotas, hondas y cuerdas, su fibra para hacer diversos tejidos y su fuerza para efectuar diversos trabajos.
— ¿La llama derivó de otra especie?
— Todo indica que es la forma doméstica del guanaco.
— ¿En qué pisos ecológicos o ambientes prospera mejor esta especie?
— Las tierras altas de los Andes —especialmente el Altiplano (sureste del Perú y oeste de Bolivia)— son el hábitat natural de la llama. Estas mesetas están cubiertas con pastos de bajo crecimiento, más ciertos arbustos raquíticos y algunos árboles. En el Altiplano existen dos zonas agroecológicas bien definidas: la puna húmeda al extremo norte, medianamente templada y montañosa, con 900 milímetros (mm) de lluvia al año y numerosas especies de pastos naturales con buena calidad proteica; mientras que al sur se encuentra la puna seca, semidesértica e inhóspita, con 400 mm. de precipitación anual y predominio del “iruichu” y la tola. Las llamas prosperan mejor en la puna húmeda.
— Pero se ha encontrado restos de llamas también en la costa; por ejemplo en Pachacamac, Lima.
— Así es. Pero el gran escenario de crianza estuvo y está en los Andes.
POBLACIÓN MUNDIAL Y NACIONAL
— ¿Cuál es —aproximadamente— la actual distribución poblacional de la llama en el Perú, en Sudamérica y en el mundo?
— Lamentablemente, la información proporcionada por el IV Censo Nacional Agropecuario-CENAGRO (2012) no es confiable. Pues presenta muchas incongruencias. Por ejemplo, en varias provincias donde el censo anterior (1994) registró llamas, ahora éstas no aparecen, pero sí en otras inadecuadas para la especie, como la Amazonía y Tumbes. Al parecer, las poblaciones respectivas fueron consideradas en las poblaciones de alpacas. Razón por la cual no voy a utilizar dichos resultados.
— Bien.
— Según datos del FIDA (Naciones Unidas), en 1990 la población total de llamas en el mundo era de 3’321,000 cabezas: el 60.88% en Bolivia, el 32.52% en el Perú, el 4.05% en Argentina y el resto entre Chile y Ecuador.
— Veamos el caso del Perú.
— Según la información disponible al año 2003, la población nacional de llamas era de 1’221,000 cabezas, distribuidas desde Ancash en el norte hasta Puno en el sur. Los principales departamentos productores eran y son: Puno (37%), Cusco (16%), Huancavelica (11%), Ayacucho (10 %) y Arequipa (9 %).
— ¿Y en el extranjero?
— Igual que en el caso de la alpaca, también la llama ya está siendo criada en varios países desarrollados, como Estados Unidos, Canadá y Australia. Ahí la utilizan como mascota, guardiana de hatos ganaderos (pues es una alarma viva ante extraños) y como animal de tiro (para jalar carretas), de monta (para niños) y de carga en campamentos y expediciones.
— ¿A qué se debe la escasa población de llamas en el país?
— A la preferencia por vacunos y ovinos como fuente de carne y lana, igual que de equinos como medios de transporte.
— ¿Cuál es el sistema de crianza?
— Absolutamente extensivo, con un manejo de sobrevivencia, sin ningún tipo de infraestructura e instalaciones conexas y en mezcla con otras especies (alpacas, ovinos, vacunos y equinos).
RAZAS
— ¿Cuántas razas de llamas existen?
— Dos: 1) “K’ara”, con una notoria dolicomorfía o predominio de formas alargadas, esbeltas y longilíneas en la apariencia general, sobre todo en la cabeza, el cuello y las extremidades. Y 2) “Ch’acu”, braquimorfa o con formas más cortas, rechonchas y brevilíneas en su apariencia general. En términos generales, el perfil lateral de la llama “K’ara” se puede dibujar con líneas casi rectas, y de la llama “Ch’acu” con líneas curvadas.
— ¿Y en cuanto a la pelambre?
— La cara de la llama “K’ara” presenta pelo muy corto, y de la llama “Ch’acu” más largo y denso, incluso con un mechón o cerquillo.
— ¿La cobertura del vellón tiene que ver con la disponibilidad de pastos?
— Sí. Por ejemplo, las “Ch’acu” pastorean en las mejores praderas. Mas —paradójicamente— las llamas “K’ara, que pastan en áreas muy pobres, son consideradas como más cárnicas, con pulpas más magras y saludables.
REPRODUCCIÓN
— ¿Cuáles son los principales índices reproductivos?
— En términos promedio son:
- Sexualidad: Poligamia (más o menos un macho para 30 hembras)
- Pubertad: Al año de edad.
- Inicio de la edad reproductiva: Un año de edad.
- Período de gestación: 345 días.
- Número de crías por parto: Una.
- Peso de la cría al nacer: 9.44 kilogramos en puna seca y 10.64 en puna húmeda.
- Celo postparto: 24 a 48 horas (Es recomendable un período mínimo de 15 días postparto para realizar el nuevo empadre).
- Duración de la cópula: 5-40 minutos.
- Ovulación: Inducida por la monta, a las 26 horas de ésta.
- Estación reproductiva: Diciembre-marzo.
- Longevidad: 20-30 años (Pero la carne de un animal viejo no es comercialmente recomendable).
BENEFICIOS
— Veamos las utilidades concretas que ofrece la llama al ser humano.
— Con mucho gusto:
- Carne: Su valor proteico es superior al del ovino y el vacuno, pero menor en grasa (colesterol), por lo que es un producto tipo “light” (ver Cuadros Nº 1 y 2).
Cuando la carne proviene de animales tiernos y jóvenes es apta para el consumo en fresco. Pero lo más habitual es transformarla en “charqui”, proceso que consiste en deshidratar la carne, como se hace desde 6,000 años antes de Cristo. Este proceso consiste en despedazar la carne desgrasada, prensarla y salarla para luego colgarla bajo los rayos del sol y someterla a la acción de las heladas durante la noche.
La carne así procesada puede mantenerse durante 4-5 meses sin problemas, incluso con valores nutritivos más altos que los de la carne fresca.
- Leche: Aún no se explota este potencial. Pero existen llamas con buenas ubres y otras aptitudes para la producción de leche. En consecuencia, se podría realizar trabajos de selección para desarrollar este rubro.
- Fibra o pelo: Es también un recurso subexplotado, porque la industria textil prefiere fibras blancas, negras o de otros colores enteros y uniformes, que no corresponden a la rica variabilidad genética de la llama.
El vellón de esta especie se caracteriza por presentar dos capas: fibra fina en la parte inferior del animal (pegada a la piel) y pelos o cerdas en la parte externa, que llegan a formar hasta el 50% del vellón. Esta característica dificulta su tratamiento textil. Pues sólo un pequeño porcentaje resulta adecuado para esto. Es necesario realizar un descerdado previo, tal como se hace con fibras de vicuña y de cashemere, lo cual puede resultar muy oneroso frente a los precios que podría merecer el producto en el mercado.
Pero la calidad de la fibra es excelente. Se puede encontrar finuras promedio entre 20 y 22 micras. La fibra de llama es menos brillante que la de alpaca, aunque su calidad textil es similar y con resistencia mucho menor.
- Pieles y cueros: Éstos se comercializan en forma fresca o salada. Sin embargo, no son adecuadamente aprovechados. Pues se pierden grandes cantidades por tener animales con sarna, por el mal manejo del beneficio (cortes en la piel) y por técnicas inadecuadas de salado y secado. Pero superados estos aspectos, las pieles y cueros de llama son muy buenos para la curtiembre e industrias conexas.
- Estiércol: Las heces de las llamas son buenos bioabonos, pero ahora son mayormente secadas para tener combustible rural.
- Fuerza de trabajo (carga, tiro, monta): Pues la llama resiste bien la escasez de agua y alimento, incluso varios días; se adapta a terrenos accidentados y es de mansedumbre proverbial.
Para carga se prefiere —desde tiempos prehispánicos— a los machos adultos y mejor aún castrados, aunque también se utilizan hembras.
Se estima que una llama puede cargar entre 25 y 35 kilogramos, aunque algunas soportan hasta 50 o más. El peso de la carga depende mucho de la distancia, la topografía del terreno y el tiempo que se va a recorrer. En general, se estima que puede recorrer entre 15 y 30 kilómetros por jornada.
- Uso ritual: Práctica ancestral —sólo vigente en Bolivia y sur del Perú— para agradecer a los dioses por sus bendiciones.
GENES Y ECONOMÍA
— ¿Cómo estamos en germoplasma de llamas?
— Como reflejo del menosprecio oficial, el valor genético de las poblaciones está muy empobrecido; mientras que la subalimentación y las enfermedades afectan a los índices reproductivos, a la vez de incrementar la mortalidad.
— Hablemos de la economía de la llama en la actualidad…
— En general, la rentabilidad de esta crianza sigue siendo nimia y marginal. En el mejor de los casos, quienes absorben el grueso de los ingresos son los comerciantes, no los productores.
— En contraposición ¿qué sucede en el exterior? Por ejemplo, nosotros hemos visto que el nuevo signo exterior de riqueza de un granjero de California, EE.UU., es tener una carreta tirada por llamas. Igualmente, en un parque de Arizona vimos que la llama es utilizada para la monta de niños, en los Alpes europeos para portador de equipos deportivos, y en otros países como mascotas.
— Esto sucede porque la llama es mucho más dócil, resistente y multiutilitaria que la alpaca. Por eso, precisamente, es ideal para mascota. Más allá de esto, como una llama adulta tolera fácilmente hasta 25-35 kilogramos sobre su lomo, puede ser cabalgada por un niño (si ha sido entrenada para ello) o trasladar cualquier carga de similar peso. Al respecto, basta recordar que en Bolivia sigue siendo el gran elemento de carga en lo que fue la ruta de la sal. En otros medios más sofisticados o excéntricos la utilizan para llevar palos de golf, otros elementos deportivos y mochilas, incluso por parques y rutas turísticas. Aún más, en Estados Unidos confeccionan —incluso— carritos especiales, con aperos adaptables a la anatomía de la llama, para transportar personas, cargas moderadas o simplemente como elementos decorativos. La imaginación puede determinar otros usos, aunque la sola compañía y el afecto que brinda la llama a su compañero humano son más que suficientes para quererla.
QUÉ HACER
— ¿Qué deberíamos hacer como país para reivindicar a la llama y aprovechar sosteniblemente sus beneficios actuales y potenciales?
— La clave de todo es poner fin a la sempiterna indiferencia oficial por el subsector camélidos, considerando —incluso— que tiene suficiente potencial para convertirse en motor de desarrollo sostenible para miles de comunidades campesinas altoandinas. En tal sentido, el Ministerio de Agricultura y Riego debería establecer el Instituto o —por lo menos— el Plan Nacional de Camélidos Sudamericanos, para promover el desarrollo integral y sostenible de este subsector productivo. Sobre esta base debería intervenir el Agrobanco, proveyendo crédito promocional para el acopio, el procesamiento y la comercialización directa de fibra de alpaca y charqui de llama. Asimismo, para mejorar los índices de productividad y calidad, el MINAGRI debería crear —en convenio con las universidades y otros centros de investigación— varios centros regionales de mejoramiento genético de alpacas y llamas, con el fin de obtener cada vez mejores reproductores para distribución (en píe, en semen o en embriones).
— ¿Hacia qué usos económicos de la llama deberíamos apuntar prioritariamente?
— Primero, hacia la producción de carne fresca, proveniente de animales jóvenes, y la producción de charqui, proveniente de animales adultos, pero no muy viejos. Segundo, al uso de la llama como mascota, en restaurantes y hoteles turísticos, centros de esparcimiento, parques y recintos arqueológicos. Y tercero, a su aprovechamiento como animal de tiro (carretas) o de carga en circuitos ecoturísticos.
— Si priorizáramos la producción de carne fresca, ¿qué sería lo más recomendable?
— Básicamente, asegurar alimentación de buena calidad, mejorando las praderas naturales y produciendo forrajes cultivados, como alfalfa, trébol blanco, rye grass y avena forrajera. Bajo esta condición, los animales pueden ser beneficiados a la edad de 1-2 años.
— ¿Qué usos artesanales o industriales pueden tener la fibra y el cuero de llama?
— La fibra de la llama “Chacu” tiene excelentes cualidades para el hilado y su posterior uso artesanal o industrial. Sin embargo, todavía es necesario mejorar genéticamente la calidad de la fibra, empezando por uniformizar el color del vellón, la finura, el rizo, la densidad y la resistencia. Por otro lado, la piel de llama es de excelente calidad para hacer calzados, casacas, sacones, carteras, etc, etc.
— Pensando en el turismo, ¿es fácil domar a las llamas para que carguen las vituallas de los turistas, tiren carretas en lugares planos con buenos paisajes naturales y culturales, o paseen a los niños en ciertos ambientes propicios?
— Las llamas son muy fáciles de entrenar. Pues toleran muy bien a la soga, el lazo y el cabestro, si se les acostumbra desde temprano. Además, estos camélidos establecen un vínculo muy especial con su criador, hasta llegar a ser “molestosos” por el cariño que demuestran.
— ¿Qué papel les ve Ud. a los camélidos sudamericanos en general y la llama en particular frente a los grandes desafíos que plantean el calentamiento global y el cambio climático en los Andes?
— Son las especies menos vulnerables al cambio climático en marcha. Pero, aún así, en las actuales condiciones de menosprecio y olvido, también corren gran riesgo. Pero si se les asegura agua, alimento y algo de protección ante las variaciones extremas del clima, pueden salir adelante con ventajas. Aún más, al conservar agua y pasto para sus crianzas, los camélidocultores son necesarios para mantener el equilibrio ecológico no sólo en los Andes, sino también en el pie de monte costeño y en el pie de monte selvático. Por consiguiente, hay una gran responsabilidad del Estado por apoyar a esos criadores.
— Para concluir por ahora, Dr. Mamani Choque, si Ud. tuviese suficiente poder de decisión en escala nacional, ¿qué es lo primero que haría para rescatar estructuralmente a la llama y los llameros?
— La economía de cualquier especie doméstica animal requiere prácticamente las mismas cosas: buena alimentación, buena sanidad, buena genética, buen manejo y buenos mecanismos de transformación y comercialización de los productos y subproductos. Estos son los factores prioritarios que el Estado debe ayudar a resolver, con base en una legislación y una institucionalidad promotoras. Dentro de este marco, para lograr que el desarrollo deseable sea generado por los mismos actores, planteo la necesidad y conveniencia de:
- Establecer un programa nacional de mejoramiento genético de camélidos sudamericanos, con equivalentes regionales.
- Implementar centros de producción y distribución de llamas y alpacas de calidad superior para reproducción natural y artificial. Por ejemplo, para la puna húmeda el eje podría ser el Centro de Investigación y Producción “La Raya” (Puno-Cusco) de la Universidad Nacional del Altiplano, y para la puna seca el Centro de Investigación y Producción “Quimsachata” (Puno) del INIA.
- Organizar y capacitar a los criadores para desarrollar sus capacidades productivas y empresariales; por ejemplo para proveer chompas escolares al FONCODES o el Ministerio de Educación, frazadas y chompas a las víctimas del friaje, y charqui al Programa “Qali Warma”, el INPE (cárceles) y las Fuerzas Armadas.
- Implementar centros de acopio, transformación y comercialización de productos de camélidos en general y de llama en particular.
- Generar e implementar la Norma Técnica Peruana para todos los productos y subproductos de los camélidos en general.
- Impulsar normas y mecanismos para preservar los derechos ancestrales de propiedad comunal sobre los camélidos sudamericanos, frente a la biopiratería, y
- Finalmente, crear el Instituto Peruano de Camélidos Sudamericanos, para articular todas las políticas y acciones del ramo-
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