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  • viernes 26 de abril del 2024

Empresas familiares y agricultores reactivan exportación agroindustrial

Un especialista en exportaciones advierte que es necesario repensar las inversiones ante la escasez de productos primarios y la necesidad de venderse

13 de septiembre del 2020

Por: Grecia Delta

Gran cantidad de productos agrícolas se perdieron en el contexto de pandemia del COVID-19 por su condición de perecibles. Desde pequeños agricultores hasta agroexportadores fueron perjudicados.

El tráfico de contenedores y barcos disminuyó hasta su mínima expresión, sumado al cierre de fronteras de casi todos los Estados globales. Algunos exportadores se quedaron con toneladas de mercadería alimentaria en sus almacenes, con pérdidas significativas y, además, con cobros y pagos por realizar.

Fue el caso de Jeslin Cavero (34), administrador de negocios internacionales, que desde principios del 2020 exporta cacao a Indonesia y Holanda, expandiendo así el negocio familiar que comenzó en 1968 y que heredó de su abuelo Marcial Cavero, a través de su padre Jesús.

Él, hace siete años fundó la empresa Percacao, en la que trabaja la tierra aliado con agricultores de cooperativas como Naranjillo, Cacao aroma, Alto Huallaga y la asociación Cacao Ecológico, en las regiones de Tingo María y San Martín.

El coronavirus frenó sus exportaciones a Asia y Europa en los meses de marzo y abril, pero no el trabajo de campo en las más de 200 hectáreas que maneja. ¿Cómo decirle a una planta cultivada que retrase la cosecha?
Los contratos que tiene para este año se cumplen, enviando dos contenedores por mes desde el mes de mayo. Sus principales clientes son compañías que elaboran productos orgánicos gracias a que Percacao cuenta con la certificación internacional Control Unión.

Aunque este es uno de tantos casos, el consultor de Agronegocios, Anthony Caballero, advierte que es necesario prudencia con las campañas.

“Para que el negocio siga creciendo, es mejor que corten la campaña aquí y se preparen para la siguiente. A nivel de comercio, todos están viéndose afectados. Han reducido costos sin perjudicar a sus trabajadores”, dijo el especialista en exportaciones, frente a la restricción logística y poca disponibilidad de contenedores que han generado un efecto hacia atrás, teniendo como resultado la escasez o baja de precios de productos como el del cacao que, según la Bolsa de Nueva York, está oscilando entre US$ 2,586.50 a US$ 2,600 la tonelada, cuando antes llegaba hasta los tres mil dólares.

Esta crisis mundial, que repercute en la economía peruana y es más potente que la del 2009, según especialistas y autoridades, llegó a todos los rincones de Perú.

Otro caso es el de Abigail Kito Rodríguez (28), productora de manzanas desde hace más de 16 años, proviene del distrito de San Miguel de Acos, provincia de Huaral. Tuvo que traer sus productos hasta Lima durante los fines de semana para poder alimentar a su familia. Distribuyó sus frutas por varios distritos de la capital, gracias al programa Agrorural y a sus mercados itinerantes.

Algo parecido ocurrió en el pueblo de San Andrés, en Puquio, donde la profesora y agricultora Lourdes Alvarado tuvo que vender papa, maíz y  olluco a sus conocidos y familiares para sobrevivir.

 


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