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  • lunes 25 de noviembre del 2024

¿corrupción en el “Alto Piura?

01 de abril del 2016

CARTA

 Lima, 10 de marzo, 2016

Con un cordial saludo,  pido a AGRONOTICIAS que dé a conocer al público la esencia de una carta que acabo de entregar al Presidente de la Comisión  Investigadora del Caso “Lava Jato” en el Congreso de la República, Eco. Juan Pari Choquecota,  solicitándole que ponga los reflectores sobre el Proyecto Hidroenergético y de Irrigación “Alto Piura”,  por haberse  convertido éste en un virtual símbolo de la corrupción en el Perú, que involucra a conocidas empresas brasileras investigadas en su país y  con la preocupante participación de las Naciones Unidas, vía UNOPS.  
En términos generales, recién a partir de los años 70 del siglo anterior, el referido proyecto empezó a buscar la ampliación de su disponibilidad de agua, con base en el río Huancabamba que —desde los años 20— fue asignado en su totalidad al Proyecto Hidroenergético y de Irrigación “Olmos”.
Pese a la firme oposición de las instituciones lambayecanas que, gracias a muchas luchas cívicas, ya habían conseguido sustanciales avances en los estudios para “Olmos”,  a cargo de muy prestigiadas compañías soviéticas; el 17 de mayo del 2006 se asignó —por   simple decreto supremo— 335’000,000 de metros cúbicos del río Huancabamba al Proyecto “Alto Piura”, en perjuicio del Proyecto “Olmos”, que ya había avanzado en la perforación del túnel “Trasandino”. El principal responsable político de esa medida fue el entonces Presidente de la República, Alan García Pérez, en favor del Gobierno Regional de Piura,  entonces presidido por su copartidario César Trelles Lara, con el propósito de viabilizar la irregular entrega de 300´000,000 soles.
La oposición lambayecana se basó en tres puntos principales:
1) Aunque —igual que el Proyecto  “Alto Piura”— entonces el Proyecto “Olmos” aún  no contaba con obras concretas, pero sí con estudios bastante avanzados que costaron muchos millones de dólares a todos los peruanos, esa mutilación hídrica prácticamente anulaba al gran componente energético de “Olmos”, reducía su perspectiva agrícola y deterioraba en forma notable su justificación económico-social.
2) Ya en ese momento, tal como hoy está plenamente demostrado, era evidente que el Proyecto “Alto Piura” no contaba con los estudios del nivel requerido para comprometer a la economía nacional en tan importante inversión, y
3) Numerosos técnicos especializados y con muy altas calificaciones, encabezados por el Colegio de Ingenieros del Perú, coincidieron en señalar, que era   un absurdo plantear dos túneles trasandinos a menos de 50 kilómetros de distancia.
Hasta aquí la evocación de lo que bien podría describirse como los primeros tiempos de esta lucha entre hermanos.
Luego entro a lo medular de mi denuncia, afirmando mientras el Proyecto “Alto Piura” continúa en condición de proyecto que todavía no cuenta con los estudios de nivel adecuado para emprender la ejecución de las grandes obras previstas, el Proyecto “Olmos” ya está haciendo realidad la irrigación de 43.000 hectáreas, gracias a la presa “Limón” y el túnel “Trasandino”, con capacidad para manejar hasta el triple  del mayor aporte hídrico que podría ofrecer el río Huancabamba.
Ello significa que mientras el Proyecto “Olmos” puede utilizar los 335’000,000 de metros cúbicos de agua para irrigar por lo menos  30,000 hectáreas adicionales (casi el doble que el valle de Ica), el  Proyecto “Alto Piura” —según las últimas informaciones— para conseguir lo mismo necesita una inversión que podría llegar a 2,000 millones de soles y requiere un trabajo mínimo de 8-10 años.
Más allá de este grave problema de orden esencialmente económico, está la explosiva frustración de miles de miembros de la  comunidad campesina “Santo Domingo” de Olmos que ven con pesar que el Proyecto “Olmos”, en el cual pusieron tantas esperanzas, no les está dando nada; no obstante que también sus tierras pudieron y pueden ser irrigadas con las aguas del río Huancabamba, sin causar ningún perjuicio a sus hermanos del “Alto Piura”. Éstos pueden continuar con su propuesta, pero sustentada en diversas fuentes hídricas que existen en el territorio piurano y que pueden entregar el agua requerida en mayores cantidades, en mejores condiciones técnicas y económicas,  y —lo más importante— sin  necesidad  de construir el absurdo túnel trasandino para el “Alto Piura”, que es de interés sólo para la mafia brasileña.
Realmente avergüenza que los 335,000 de metros cúbicos de agua disponibles en el río Huancabamba no estén  irrigando todas las tierras productivas existentes en Olmos, sólo por venalidad de quienes mutilaron al proyecto respectivo en pro del caprichoso Proyecto “Alto Piura”.
Por consiguiente, la Comisión Investigadora del caso “Lava Jato” en el Congreso de la República debe examinar con lupa el papel  jugado en estos enjuagues por las compañías brasileñas Odebrecht y Camargo y Correa, principalmente.
Para el efecto, he remitido a esa comisión las  informaciones disponibles y estoy a su disposición para colaborar en los análisis respectivos.

Atentamente:

Ing. Agr. CIP. Armando Orosco Quiñones

Celular 995011240

y correo electrónico:

[email protected]

RESPUESTA DEL DIRECTOR

El caso expuesto es sumamente grave, por lo cual debe investigarse a fondo. Pues la mutilación  del Proyecto “Olmos” para viabilizar  demagógicamente el Proyecto “Alto Piura” se habría hecho sin estudio técnico sólido y por influencia de alguna(s) constructora(s) brasileña(s), cuyos principales directivos y ejecutivos ya están presos en su propia patria, por haber ganado diversas obras en el Brasil y otros países  sobornando a jefes de Estado y altos funcionarios.
En tal sentido, una de las informaciones  proporcionadas por el Ing. Armando Orosco  Quiñones, ex Decano del Colegio de Ingenieros  de Lambayeque,  indica que —en forma inmediata a la dación del decreto supremo que mutiló a «Olmos»— el gobierno nacional de Alan García Pérez asignó al gobierno regional de Piura la suma de 300´000,000 de soles, para la ejecución de las primeras obras del Proyecto “Alto Piura»; pero que ese dinero se evaporó  en un ridículo avance de 0.6% en la presa «Tronera» y  de 1.6% en el túnel «Trasandino». Y  luego de ello,  los mismos dignatarios firmaron un contrato con la compañía  brasileña Camargo y Correa  para la construcción de las mismas obras; aunque —posteriormente— ésta tiraría la toalla, aduciendo que la contraparte peruana incumplió algunos compromisos; por cual —incluso— le entablaría un proceso judicial al Estado, reclamando indemnización económica.
Nadie discute  la realización del Proyecto «Alto Piura»,  sino únicamente que se haga bien, con racionalidad y transparencia, para evitar despropósitos como el expuesto.


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