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23 de agosto del 2023Cómo construir defensas ribereñas
Acabamos de perder más de 2,500 millones de soles en defensas ribereñas técnicamente mal construidas. El Estado requerirá otros 20 mil millones para la etapa de reconstrucción, porque carecemos de una política sistemática y permanente para administrar y controlar los excesos que cíclicamente ocurren con la abundancia de las lluvias y la crecida de los ríos. El Ing. Rubén Terán Adriazola, quien ha trabajado durante 45 años en la protección ribereña de los ríos Majes, Camaná, Ocoña, Tambo, Chili (Arequipa) propone crear una, autoridad técnicamente competente, que reúna las experiencias del pasado y el presente, para realizar obras definitivas y no sólo parches de emergencia.
Aquí sus propuestas:
— Ing. Rubén Terán, ¿cuál es el concepto de “Defensa Ribereña” y en qué marco legal se sustenta?
— Ante todo, gracias por la entrevista de AGRONOTICIAS, siempre en el recuerdo de su ex Director-Fundador, Sr. Reynaldo Trinidad Ardiles.
Entendemos por defensa ribereña a las obras que protegen las márgenes o riberas de los ríos, de la acción erosiva y desborde de su flujo; construcciones que están hechas para evitar que las inundaciones destruyan la infraestructura productiva, las vías de comunicación, las propiedades públicas y privadas, las ciudades, la vida de las personas. Por lo general su trabajo es puesto a prueba en periodos de avenidas.
El diseño de las estructuras para la defensa ribereña, tanto en el tamaño, ubicación y características hidráulicas, está normado dentro del marco de la Ley de Recursos Hídricos Nº 29338 y su reglamento. La Autoridad Nacional del Agua (ANA), a través de sus organismos es la encargada de administrar, conservar y proteger los recursos hídricos de las diferentes cuencas del país, así como vigilar su aplicación y control correspondiente.
— ¿Qué tecnologías existen para encauzar, corregir y controlar el curso del agua?
— La experiencia en este tema, tanto en el diseño, ejecución y supervisión de obras de defensas ribereñas en diferentes obras por más de 45 años, en ríos con caudales mayores a 2,400 m3/seg. me permite indicar que existen para el control de erosión y encauzamiento de los ríos y quebradas, las siguientes medidas:
1) Medidas de carácter agronómico, cuando se utilizan en las riberas defensas vivas y naturales como los bosques. Ello consiste en plantaciones de macizos forestales, generalmente con árboles propios de la región.
2) Medidas estructurales, de carácter temporal, están basadas en las experiencias de los agricultores con fundamento técnico, cuyo propósito es tratar eventualmente de controlar la acción erosiva del río, mediante “cestones”, “caballos abarcados”, “rayados”, los mismos que se describen como acumulaciones de materiales de río en forma trapezoidal. Puede también utilizarse dentro este rubro, los espigones con roca y/o gaviones. Algunas de estas estructuras se consolidan con el tiempo y el uso.
3) Estructurales de carácter permanente, en cuyo diseño se tiene en consideración aspectos de ingeniería básica, hidrología, geología y topografía; y conocimientos específicos en hidráulica, geomorfología, mecánica de suelos, control de erosión, además de conocimiento y experiencia para tener resultados óptimos que cumplan los objetivos de protección. En este caso las estructuras más utilizadas son los diques enrocados en su cara húmeda; muros de concreto armado y ciclópeo; gaviones consistentes en cajas de alambre flexible de doble torsión, con su colchón antisocavante; dados de concreto; plataformas con revestimiento de colchones y/o láminas de concreto en su cara húmeda. La estructura seleccionada como obra de defensa deberá tener en consideración los máximos niveles de agua durante la avenida, la pendiente del río, la sección estable, la profundidad de socavación, y otros parámetros, así como la distancia a las canteras y el tipo de roca a utilizar.
— ¿Cómo es posible que un país que ha heredado de antiguas civilizaciones, las técnicas para encausar los ríos y las fuentes de agua, en la actualidad las obras hidráulicas duran hasta que llega la temporada de abundancia?
— Nuestras antiguas culturas pre-hispánicas eran excelentes en el manejo y administración del agua por cuencas, pues analizaron los extremos, como son las épocas de sequía y las crecientes o avenidas, con el propósito de controlar y evitar los daños. Eran expertos en obras hidráulicas, que dirigían desde el almacenamiento del agua en lagunas y cochas en las nacientes de los ríos hasta la conducción, en forma regulada, hacia el área productiva. Ejemplos: el canal “Taymi”, en Lambayeque y “La Achirana”, en Ica, etc. Machu-Picchu, es una joya mundial de la construcción urbana en laderas de cerros empinados y en zona lluviosa, estabilizadas con un sistema de drenaje pluvial y estructuras que maravillan al mundo.
— ¿Los pueblos se situaban en los bordes de los ríos o dentro de las quebradas?
— Los pueblos prehispánicos nunca se situaron en las márgenes de los ríos, pues conocían de su energía erosiva. Por ejemplo, en Arequipa, valle del Chili se ubicaron en la margen derecha, parte alta del río, donde moraban lejos del peligro, esos pueblos tienen nombres quechuas, Yanahuara, Umacollo, Quishuarani, Tahuaycani y Uchumayo. Las obras ejecutadas por estas culturas permanecen en el tiempo, si han sido superpuestas mantienen su trazo original. En Lima ¿acaso las huacas se ubicaron dentro del cauce del rio, o en el lecho de las quebradas eventualmente secas? Claro que no, pues conocían bien los riesgos. En Trujillo los moches construyeron zanjas de coronación e interceptación de flujo para proteger Chan-Chan, con tapiales, firmes y resistentes, en las nacientes de las quebradas, las mismas que en temporada de lluvias conducen el flujo hacia la quebrada de Huanchaco. Todas estas prácticas y conocimientos constituyen un ejemplo mundial acerca de la ingeniería hidráulica.
— ¿Y cuándo se perdió?
— En la etapa de la colonia, con la llegada de los españoles, ávidos de oro y plata, muchas de esas obras se perdieron o fueron destruidas adrede, pues el conquistador priorizó la minería, obligando a los agricultores a dedicarse a esa actividad como peones; así perdimos eficientes agricultores y expertos hidráulicos, y se abandonó toda la infraestructura dedicada durante miles de años a la producción agraria, entre ella los andenes.
— ¿Y cuál es la razón por la que las actuales defensas ribereñas no funcionan?
— Las obras no resisten durante el período de máximas descargas o abundancia debido a su deficiente diseño y la falta de conocimiento de sus proyectistas y constructores en materia de defensas ribereñas.
— Durante los años 2015 y 2016 el gobierno de entonces gastó más de 2,500 millones de soles en obras que se perdieron con “El Niño” del 2017 ¿Qué falló?
— Lo ocurrido recientemente se debe a la falta de prevención adecuada, se careció de planificación de inversiones en obras de defensas ribereñas de carácter anual significativo, con el fin de proteger en forma definitiva las áreas productivas, el sistema vial, las ciudades, las tierras agrícolas, etc. Es lamentable comprobar que las inversiones efectuadas hace un año ante el anuncio del Fenómeno “El Niño” 2016, no tuvieron un efecto positivo y no se concretaron porque la autoridad del clima estuvo especulando sobre su magnitud. No se tomó en consideración la experiencia en la prevención que se adoptó para el Fenómeno “El Niño” del año 1997-98, cuyas obras ejecutadas pese al tiempo transcurrido, han demostrado su efectividad.
— ¿Las obras no se construyeron en su oportunidad?
— Así es. En el Perú, el tema de los ríos, sólo se trata cuando las lluvias comienzan, entonces recién se inician gestiones para conseguir autorizaciones y fondos ante el aparato burocrático del Estado, originando malversación de recursos, pues con los ríos crecidos y las ciudades inundadas, ejecutar obras sólo conduce a mayores pérdidas.
— ¿En qué momento es oportuno hacer las defensas?
— En los meses de mayo a diciembre es el período correcto de ejecución de obras para que cumplan sus objetivos. Se falla por no tener en consideración los criterios señalados, por falta de una política de Estado, por falta de liderazgo para tomar la decisión de invertir en obras que propongan una solución definitiva y se resuelvan estos problemas de inundación que sabemos que son cíclicos.
— Pero no sólo ha fallado el gobierno central…
— Así es. Con la falta de programas de planificación y desarrollo urbano, de ordenamiento territorial, de asentamientos humanos y de prevención frente a contingencias como el Fenómeno “El Niño”, las fallas son múltiples:
Los gobiernos regionales y autoridades locales, por lo general, carecen de planes y proyectos de prevención y de solución a estos problemas. No cuentan con la capacidad técnica ni económica que requieren las obras de defensa ribereña.
Las autoridades locales han promovido asentamientos humanos dentro de los conos de deyección y cauce principal de la torrentera o huaico. Estos asentamientos improvisados persiguen fines electorales y reeleccionistas.
Las invasiones, con el consiguiente tráfico de tierras, se han producido sobre zonas vulnerables y carecemos de autoridad que imponga orden.
Las empresas prestadoras de servicios de agua potable, desagüe, electricidad y otros han efectuado conexiones a viviendas que están dentro de los cauces, colaborando con la informalidad.
Las autoridades locales con fines políticos han regularizado y vienen promoviendo a favor de los invasores la posesión de tierras en lugares de alto riesgo.
Los cauces de los ríos, canales, quebradas y acequias son reducidos continuamente porque el público arroja en ellos basura, desmontes, desechos contaminantes, sin control alguno. Eso debe estar absolutamente prohibido.
Se desarrolla actividad agrícola dentro los cauces de los ríos y quebradas pese a estar prohibida por la Ley de Recursos Hídricos.
Se ha reducido la sección o amplitud del cauce del río y de las quebradas con el propósito de habilitar áreas para centros de recreo, restaurantes, hoteles, piscinas, viviendas, puentes particulares, y otras actividades, contando con autorizaciones municipales, todo lo cual se pone en riesgo durante las inundaciones.
Las instituciones del Estado se han burocratizado, los profesionales son de escritorio, el manejo de campo lo realizan las empresas constructoras, la supervisión también es privada, perdiendo el Estado experiencia y contacto con los profesionales que conocen la realidad de las necesidades en el campo.
— El Congreso de la República, el 7 de abril del 2017, por unanimidad, aprobó el proyecto de Ley N° 1035, que ordena a las autoridades regionales y locales que prioricen la construcción de defensas ribereñas ¿Cuál es su comentario?
— Esta Ley está motivada por la magnitud de los daños ocurridos recientemente a consecuencia de “El Niño Costero” en las diversas regiones del país, con mayor incidencia en el norte. En un país como el nuestro, donde este fenómeno natural y las precipitaciones son de carácter “cíclico” y predecible, la Ley debió darse hace muchos años. Para que la construcción de defensas ribereñas sea oportuna, esta Ley tiene que estar acompañada de una simplificación en los procesos administrativos, ya que la tramitología y permisología se han multiplicado y resultan frondosas.
— ¿Antes eran así?
— Si hoy quisiéramos realizar las defensas construidas en el río Camaná, las mismas que con celeridad realizábamos cada año, necesitaríamos contar con estudios previamente aprobados por la ANA, es decir, estudios hidrológicos, determinación de la faja marginal, estudio de impacto ambiental, permisos para ejecución de obra, entre otros. Sólo en realizar los trámites nos tomaría; por lo menos, dos años. Eso corresponde a dos períodos de avenidas, con lo que los daños se incrementan. Mucho dinero gastado en estudios redundantes que en las cuencas principales ya fueron realizados y aprobados por la misma autoridad.
—Está bien que se hagan los estudios, pero los resultados no son eficientes.
— Eso ocurre porque en los gobiernos regionales y locales prima la improvisación y el favoritismo político. Suelen encargar estas obras a empresas o profesionales carentes de experiencia y el resultado es predecible.
— ¿Cuál es su propuesta?
— La actual reconstrucción debe verse como una oportunidad de cambio y de creación de una política de Estado para seguir trabajando continuamente en la construcción de defensas y su mantenimiento. No se trata de actuar solamente durante el período de lluvias, en presencia del Fenómeno “El Niño” o ante distorsiones climáticas; hay que buscar soluciones definitivas y permanentes, con medidas estructurales de orden técnico, legal y administrativo.
— ¿Qué haría usted en este caso concreto?
— Considero que se debe crear dentro del contexto de la reconstrucción los siguientes programas
- Programa Nacio-nal de Encauzamiento de Ríos, con obras de defensa ribereña y complementaria.
- Programa de Re-gularización de Caudales de Ríos, con almacenamientos aprovechables durante el estiaje.
- Programa de Pro-tección y Reubicación de pueblos jóvenes y asentamientos humanos en situación de riesgo.
- Programa de Dre-naje Pluvial Urbano y Rural, y
- Programa de Es-tabilización Vial y Modificación de Rutas.
— ¿Algo más que agregar, ingeniero Terán?
Considero necesario implementar una organización de carácter nacional de orden técnico, legal y administrativo, cuya responsabilidad sería establecer todos los años las pautas de diseño y control de las obras de defensa ribereña; de reconstrucción; y de proyección para obras nuevas; de acuerdo a la realidad y de los problemas que tiene cada zona o región, con participación de los colegios de ingenieros y arquitectos. Y desde el punto de vista legislativo, deben darse las normas necesarias a fin de corregir los excesos de la población cometidos y puntualizados en esta entrevista, así como corregir los excesos de las autoridades regionales y locales, principales responsables de estos hechos.
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