Escribe: Ing. Eco. Juan José Vera del Carpio, Director Técnico de la Asociación «Kausa»
Desde el segundo gobierno del arquitecto Fernando Belaúnde Terry, a lo largo de 36 años, nos ha tocado vivir varios relevos de gobierno y de ministros, incluyendo obviamente al de Agricultura.
La herencia final recibida por la nueva administración sectorial se resume en lo siguiente:
- El agro nacional en conjunto creció sólo 4.4% en el período agosto 2015-agosto 2016.
- El subsector agrícola (incluyendo productos de exportación) subió apenas 1.5%, índice magro incluso ante la modesta tasa de crecimiento poblacional: 1.6%. Esto quiere decir que el agro no creció, siquiera para mantener el ritmo de aumento de la población consumidora. Hubo notables avances en aceituna, café, cebolla, limón y uvas, pero también alarmantes retrocesos en quinua, ajo y maíz amiláceo.
- En el sector pecuario la situación fue diferente, porque subió 7.9%. Pero como ya es tradicional la producción de pollo lideró el crecimiento, con un espectacular 13.4%, seguida por la de huevos, con 4.4%. En cambio en otras carnes (de ovino, caprino, camélidos, cerdos, etc) la caída fue de -3.6%.
- En realidad estas cifras reflejan lo que todos esperábamos tras el contundente fracaso gubernativo de la inefable pareja presidencial Ollanta Humala Tasso–Nadine Heredia Alarcón. Es decir, la consolidación del modelo que privilegia a la expansión neolatifundista, oligopólica, agroindustrial y agroexportadora, a la vez de marginar a los pequeños productores y las comunidades campesinas y nativas con casi nulo poder de negociación ante el Estado y el mercado.
- De allí que “la vieja poltrona de la burocracia nacional” que es el Ministerio de Agricultura y Riego (MINAGRI) ahora sólo se mece ante la patética parálisis gubernativa, sin visos de cambio sustancial y esperanzador.
- En las últimas semanas se ha visto con preocupación ostensibles aprestos burocráticos por engullirse el próximo año más de 6,000 millones de soles entre los presupuestos del gobierno central y de los subnacionales, más 600 millones de presupuesto nuevo.
- ¿Dónde está el cambio o kambio de fondo que se prometió dar?. Todo sigue igual y hasta peor. Pues los programas y proyectos son los mismos, las personas casi las mismas (excepto el viceministro colocado por Vladimiro Montesinos), la normatividad igual y la programación también.
- La vieja poltrona burocrática se siente realizada acomodando gente, a la que se ha dado en gracia repetir el mensaje de que ¡todo va estar bien!. Cuidando o más bien tratando de evitar que el embalse de reclamos y la ausencia de una buena lectura de la realidad sobrepasen a las endebles estructuras gubernativas.
- En otras palabras, creo que estamos ante cinco años de más de lo mismo o peor. O sea ante una nueva oportunidad perdida para siempre.
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