Aguaymanto, el berrie de los pequeños productores

El aguaymanto, un berrie nativo, se consumía hace poco en fresco, pero hoy algunos productores los han industrializado  y se puede disfrutar en mermeladas, néctares, frutos deshidratados y vino.

El pequeño productor Albino Bartolo Pumarrumi, de Cajatambo, Lima, refiere que se inició en la siembra de este frutal como pionero, al leer un artículo en AGRONOTICIAS, hace casi 30 años.

Desde esa época Albino produce en sus parcelas, acopia de sus vecinos de Cajatambo y comercializa sus cosechas en eventos feriales. Una vez al año lleva aguaymanto deshidratado a Milán, Italia, donde tiene buena demanda. Además señala que el aguaymanto en su provincia se produce durante todo el año.

Por su parte, la señora Lucy Gómez De La Cruz, desde hace cuatro años y medio produce aguaymanto bajo riego tecnificado en Ambo, Huánico, logrando un rendimiento anual de 20 toneladas por hectárea. Incluso ella es dueña de un vivero donde produce bajo contrato plantones de aguaymanto listos para producir en cuatro meses. Rocimienda sembrar 5,000 plantones por hectárea.

Esta fruta es conocida con diversos nombres: motojobobo embolsado o capulí en Bolivia; uvilla o guchuba en Colombia; uvilla en Venezuela; cereza en México. En quechua se llama topotopo y aymara, uchuva.

Entre sus múltiples propiedades está su alta concentración de vitaminas A, B y C, así como hierro, fósforo y carbohidratos. Ayuda a combatir el asma, la sinusitis y otras alergias. Por su poder antioxidante, alarga el envejecimiento celular y ayuda a cicatrizar las heridas. Optimiza el funcionamiento de las funciones cardiovasculares. Es desinflamante de articulaciones y mejora el sistema inmunológico; protege los tejidos de la retina y favorece la condición de las membranas celulares.

Es casi una farmacia natural.