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  • martes 07 de mayo del 2024

¡Las semillas de moringa y tuna sirven para purificar el agua!

Combaten la actividad bacteriana del líquido entre 98-99%

14 de julio del 2019

Las semillas de la moringa (Moringa oleífera) tienen la propiedad de ser coagulante del barro que contiene el agua y reduce la turbidez, mediante la precipitación del sedimento al fondo del estanque o envase, dejando el agua limpia en dos a tres horas. Además, combaten la actividad bacteriana del agua entre 98-99%.

Las semillas de moringa son de color pardo, tienen un diámetro de un centímetro y pesa 0.3 gramos en promedio. Cada árbol puede tener entre 1.5 a 2 kilogramos.

Al respecto, Soluciones Prácticas sugiere el uso de estas semillas para purificar el agua en zonas donde no existe el servicio, así como en situaciones de crisis o emergencia como la actual.

El procedimiento es:

  • Para 20 litros de agua a tratar usar 10 semillas de moringa.
  • Quitar el recubrimiento de la semilla.
  • Triturar sobre una superficie limpia hasta lograr una masa consistente.
  • Verter la masa en el recipiente con agua a tratar, mezclar o agitar durante unos tres minutos.
  • Dejar reposar durante dos horas.
  • Luego tamizar con un trapo limpio, con el propósito de separar el agua libre de barro. Posteriormente se sugiere hervirla para su consumo.

PENCA DE TUNA

En algunas zonas rurales aún utilizan la penca de la tuna para purificar con eficiencia de 98% las aguas cargadas de sedimentos e impurezas, como las que discurren en acequias y ríos.

Las virtudes nutritivas de la penca: ricas en agua, contienen sales minerales (calcio, fósforo y hierro) y vitamina C, gran fuente de fibra que contribuye a prevenir y aliviar el estreñimiento, son excelentes para los riñones, ya que aumentan el flujo de orina y su alcalinidad.

La Facultad de Química de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, que promueve esta práctica, sugiere en primer lugar, dejar que el agua de los recipientes se decante para separar los sólidos más gruesos del líquido.  Luego, trasvasar el agua filtrada a otro recipiente.

Finalmente cortar la penca en tiras, añadirlas al agua para que la consistencia gelatinosa reúna las partículas que están suspendidas y puedan sedimentarse una vez más. Así lo explica la química Elizabeth Espinosa Descalzo, docente de dicha facultad.


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