

El proyecto busca obtener productos de aplicación tópica, eficaces y seguros para regenerar la piel quemada, reducir el tiempo de cicatrización y aumentar la estética de la herida a través de elementos oriundos de los Andes.
Por ello, la investigación se centra en las propiedades antimicrobianas y antiinflamatorias de tubérculos como la oca (Oxalis tuberosa), el olluco (Ullucus tuberosus), la mashua (Tropaeolum tuberosum), la papa (Solanum tuberosum), el camote (Ipomoea batatas) y la arracacha (Arracacia xanthorrhiza), que por su bajo costo serían de gran beneficio en zonas de bajos recursos y de mayor incidencia de quemaduras.
“Se conocen los componentes y propiedades de forma oral, pero ahora surge la necesidad de evaluarlos, pasarlos por un control de calidad y de eficacia para obtener un producto farmacéutico eficaz y económico”, señaló la química farmacéutica Carmen Rosa Silva Correa, líder del proyecto.
Para luego añadir: “De lograr resultados positivos en estos productos, optimizaremos la técnica para luego aplicarlo a los seres humanos. Con la proyección de obtener resultados óptimos y sacar una patente del producto”.
El proyecto se desarrolla conjuntamente con las facultades de Farmacia y Bioquímica y Ciencias Biológicas de la UNT, que desarrolla una nueva técnica para la medicina regenerativa con un enfoque de la medicina tradicional a través de investigaciones aplicativas.
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