Añublo, el flagelo del arroz

El Ing. Agr. Ph.D. Miguel Garrido Rondoy, jefe de laboratorio de fitopatología y profesor principal de la Universidad Nacional de Tumbes, nos brinda mayores luces sobre esta enfermedad y las medidas que deben adoptarse para combatirla.

— Ing. Garrido, ¿qué es el añublo?

— El añublo es una enfermedad bacteriana que ataca al arroz y es causada por Burkholderia glumae, una bacteria asociada al suelo, a la rizosfera e incluso puede estar presente en otros cultivos como ají, tomate que con frecuencia se siembran cerca al arroz y, malezas asociadas al cultivo.

— ¿El cambio climático tiene alguna influencia en su incremento?

— Indudablemente las altas temperaturas entre 28 a 35 grados centígrados y la humedad relativa entre 90 a 95% favorecen la multiplicación del patógeno. Esto quiere decir que en días nublados, con poco brillo solar más la presencia de lluvias o lloviznas constantes pueden favorecen su desarrollo. En resumen, el impacto de la enfermedad en el Perú, lo determina una compleja interrelación entre el clima, variedad, manejo del cultivo o labores culturales.

EN PERÚ

— ¿Cómo se ha expandido en nuestro país? 

— En principio no hay que olvidar que Tumbes y Piura son regiones fronterizas con el Ecuador y probablemente dicha bacteria habría ingresado a nuestro país a través de semillas, plántulas, residuos de cosecha infestados por dicho agente patógeno, usando como vía los ríos o las quebradas.

— Desde que se detectó su presencia en Tumbes en el 2013.  ¿Cuál es el impacto que ha causado y cuáles son los valles arroceros más perjudicados?

— De los 16 departamentos arroceros del Perú, 14 han sido afectados por este flagelo agrosanitario en cierta medida. Pero los que se llevan la peor parte son Tumbes, Piura, Lambayeque y San Martín, donde la producción del cereal se ha retraído entre 15 y 75%. Los daños se producen en diferentes etapas del desarrollo del cultivo, desde inhibición de la germinación de la semilla, pudrición de vainas y esterilidad de flores, hasta aborto del grano.

SÍNTOMAS

— ¿Cuáles son los síntomas más notorios de la enfermedad?

— La presencia de esta enfermedad se puede notar en la vaina de la hoja bandera y en las  panículas. Las plantas afectadas muestran inicialmente decoloración en la vaina que avanza de arriba hacia abajo, mostrando una mancha necrótica con centro pajizo y bordes oscuros. Otra señal es que los granos presentan doble mancha, una coloración pajiza en el ápice, y en la base una franja marrón oscura, mientras que los raquis permanecen verdes. En ataques severos, las panículas se mantienen erectas, los granos quedan vanos o con poco peso y manchados.

— ¿Cómo se transmite? ¿Qué cultivos sirven como hospederos de dicha enfermedad?

— Como mencioné anteriormente, esta enfermedad se trasmite por semilla sexual, flores, lechuguinos, residuos de cosecha, así como también por el hombre (durante la etapa de saca y trasplante), y se disemina por maquinaria y herramientas agrícolas, costales y agua de riego contaminada o infectada por esta bacteria. También puede vivir en otros cultivos como tomate, ají, berenjena, ajonjolí, papa y girasol, así como en malezas pero sin llegar a mostrar síntomas. Sin embargo, en el país no se ha confirmado la presencia de este fitopatógeno en estos otros  cultivos, a pesar que en algunas zonas de Tumbes los sembríos de tomate y ají son colindantes con el arroz.

MEDIDAS DE PREVENCIÓN

— ¿Cuáles son los métodos más prácticos y limpios para el control de dicha enfermedad?

— Existen un conjunto de medidas para prevenir la presencia de esta bacteria, como las que citaré a continuación.

1) Realizar una buena preparación del suelo, que incluya la limpieza de acequias, malezas y rastrojos.

2) Cruzar los campos con una rastra pesada para incorporar la broza, para convertirla en materia orgánica en el suelo.

3) Incorporar al suelo microorganismos eficientes, que aceleren la degradación de la materia orgánica y, un fungicida biológico (antagonista) que ataque a las estructuras de conservación de los fitopatogenos, que colonice al suelo ejerciendo una competencia por espacio, mejorando las condiciones físicas del suelo en favor del  equilibrio microbiológico.

4) Desinfectar los equipos y máquinas antes y después a las labores de campo.

5) Cumplir estrictamente con el calendario de preparación de almácigos, de siembra en campo limpio, de acuerdo a la programación oficial.

6)  Utilizar obligatoriamente semillas certificadas de variedades inscritas en el registro de cultivares y expendidas en centros autorizados.

7) Realizar una buena preparación de camas almacigueras que incluya: uso de organismos antagonistas, densidad adecuada, fertilización de acuerdo al análisis de suelo y control fitosanitario con apoyo de un ingeniero agrónomo.

8) Aplicar un bactericida-fungicida (preferentemente con el apoyo de un especialista) a los 50-60 días de edad del cultivo o a los 25-35 días luego del trasplante, en dosis de 700 a 1000 ml/há en calidad de  preventivo. Pero si la peste se manifiesta no es recomendable aplicar ningún producto para el control de la bacteria.

9) Realizar un control de malezas, intensificando esta labor en los primeros 30 días.

10) Fertilizar el suelo con productos orgánicos.

11) Realizar control de plagas con el apoyo de un especialista, y

12) Cosechar los granos a tiempo, para evitar sobre maduración.