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  • viernes 22 de noviembre del 2024

Respuesta estructural a la crisis económica y climática: sembrar microrreservorios en los Andes

Para capturar el agua de las lluvias y regar por aspersión en los meses estiaje

25 de marzo del 2019

El  Instituto “Cuencas” de Cajamarca ya ha construido más de 600 microrreservorios en las mismas cabeceras de las chacras, para regar a éstas por aspersión durante el período de estiaje y así aumentar estructuralmente los ingresos de los campesinos más pobres. Por consiguiente, esta formidable experiencia hidroagrológica es plenamente replicable en todos los Andes, según se desprende del siguiente diálogo con el Ing. Agr. Gonzalo Pajares Tapia, Director Ejecutivo del Instituto “Cuencas”. La entrevista completa fue publicada en la edición N° 340 de Agronoticias. Compartimos un extracto de la misma porque hay conceptos que no pierden vigencia y propuestas sustanciosas que, sin duda, deberían hacerse realidad.

COSTO-BENEFICIO

— ¿Cuánto cuesta —aproximadamente— el microrreservorio propio para riego predial, Ing. Gonzalo Pajares?

— El sistema consta —básicamente— de un canal de aducción, un vaso de almacenamiento (microrreservorio) y una red de tuberías para riego presurizado. Todo esto cuesta entre 6,000 y 10,000 nuevos soles por sistema, para almacenar entre 1,000 y 2,000 metros cúbicos de agua de lluvias y hacer producir la tierra todo el año, incluso en los meses de estiaje. Es decir, estamos hablando de una inversión productiva, no sólo de gasto social como en el caso de la ciudad.

— ¿Cuáles son los impactos socioeconómicos del Proyecto “Sistemas de Riego Presurizado Predial” con base en  microrreservorios que ejecuta el Instituto “Cuencas” en Cajamarca?

— Son excepcionalmente alentadores, en  los siguientes rubros:

  1. a) Impactos ambientales:
  • Reducción de los desbordes e  inundaciones en las quebradas y de los daños que esos fenómenos provocan en la infraestructura productiva
  • Reducción automática de la erosión de los suelos
  • Recarga de los acuíferos y mejora del rendimiento hídrico de las cuencas
  • Mejoramiento de la eficiencia de los sistemas de riego preexistentes
  • Ampliación del espacio agrícola bajo riego
  • Incremento de la biomasa y preservación de la biodiversidad, y
  • Aumento de la capacidad de captura y fijación de carbono por incremento de la vegetación.
  1. b) Impactos socioeconómicos:
  • Disminución de los conflictos sociales por el agua (agro-minería, agro-industria, campo-ciudad, etc.).
  • Reducción de los riesgos inherentes a la agricultura de secano (la agricultura sin agua de riego complementario o suplementario es una aventura casi suicida para los productores).
  • Aumento de la productividad de los cultivos tradicionales
  • Posibilidad de incorporar nuevos cultivos con altos rendimientos y viabilidad segura en el mercado (pues una vez que se cuenta con agua, se puede pensar en escala, calidad, oportunidad, etc.)
  • Incremento estructural de los ingresos familiares
  • Reducción de la vulnerabilidad de los productores frente a los efectos negativos del cambio climático (sequías, heladas, inundaciones, etc.).
  • Aumento de la oferta de empleo (el mayor  rendimiento hídrico de las cuencas puede dar puestos de trabajo prácticamente ilimitados, permanentes y productivos, rumbo al empleo pleno).
  • Freno a la emigración campesina hacia  las ciudades y, con ello, a la erosión del mejor capital humano.
  • Eliminación gradual pero segura de la pobreza, con base en el desarrollo  familiar sostenido y sostenible.
  • Mejoramiento de la autoestima de los pequeños productores altoandinos y
  • Reducción de la desnutrición de las familias respectivas.

LECCIONES DE AYER Y HOY

— ¿Puede Ud. demostrar con hechos la viabilidad y las ventajas de sus planteamientos?

— Con mucho gusto. Históricamente, las mejores pruebas están en el legado de las culturas preincas y el imperio inca, esto es, en miles de hectáreas de andenes, reservorios, canales y otras obras que transformaron la accidentada geografía de los Andes, para desarrollar la mejor agricultura de montaña en el mundo. Luego está la Cooperativa Agraria de Trabajadores “Atahualpa Jerusalén” de Porcón, Cajamarca, donde se ha reforestado más de 11,000 hectáreas de laderas y se ha reacondicionado toda una microcuenca, para convertir a aquélla en un emporio de riqueza agroforestal y servicios ambientales (agua, oxigenación, turismo, recreación, captura de carbono, etc.)

— Hablemos con cifras acerca de los microrreservorios

— Reitero: Para tener microrreservorios de 1,000 a 2,000 metros cúbicos de capacidad, hay que invertir entre 6,000 y 10,000 nuevos soles, incluyendo un conexo sistema de riego por aspersión en cada caso, para ahorrar agua. Un tractor mediano puede excavar fácilmente un pozo por día. Cuando ello no sea posible, por la topografía del terreno o por la falta de acceso para la máquinas, se necesitaría alrededor de un jornal por cada metro cúbico de reservorio, o sea, 1,000 jornales para construir un reservorio de 1,000 metros cúbicos y unos 15 jornales más para hacer las “obras de arte” e instalar el sistema de riego presurizado.

REPLICABILIDAD

— ¿Este modelo sería replicable en todos los Andes?

— Por supuesto. Esta alternativa es resultado de más de 25 años de trabajo en diversas condiciones físicas y sociales de la sierra. Los 600 reservorios han sido construidos con la participación activa de los propios productores, apoyados por sus municipalidades y con la ayuda de empresas con sentido de responsabilidad social. Se trata una propuesta técnica apropiada y validada ante los ojos de la misma población.

— ¿En resumen?

— La propuesta y la experiencia de construir microrreservorios para capturar aguas de lluvia debería convertirse en una política para toda la región altoandina. Durante los últimos años, cientos, diría miles de personas —entre campesinos, profesionales y técnicos de diversas especialidades, autoridades locales, regionales y nacionales, académicos y empresarios— han visitado los escenarios y resultados de nuestro trabajo. Y todos —sin excepción— coinciden en que ésta es una experiencia valiosa que puede y debe ser replicada en todos los Andes; esto es, en lugares donde hayan laderas, lluvias y necesidad de captar agua. Para el efecto, nuestro instituto ofrece transferir todas sus experiencias, incluso capacitando y dando asistencia técnica a quienes vengan a visitarnos. Los esperamos.

  • Puedes leer el informe completo en Agronoticias N°340.

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