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  • viernes 22 de noviembre del 2024

Primer Inventario Nacional de Bofedales estaría listo para el 2022

Inaigem detalló que el proyecto está condicionado al financiamiento que tenga.

30 de octubre del 2020

Por: Enzo Alminagorta

El Primer Inventario Nacional de Bofedales del Perú estaría concluyéndose en el año 2022, dependiendo del financiamiento que tenga, informó Beatriz Fuentealba, directora en Investigación en ecosistemas del Instituto Nacional de Investigación en Glaciares y Ecosistemas de Montaña (Inaigem).

Fuentealba explicó que los bofedales son un tipo de humedal altoandino de mucha importancia, ya que en sus suelos, cuando se forma turba, tienen la capacidad de almacenar grandes cantidades de agua y carbono.

“Es por ello que los bofedales funcionan como reguladores hídricos en las cuencas andinas, y su conservación es muy importante como parte de las medidas de mitigación y adaptación al cambio climático. Para las poblaciones locales, la principal importancia de los bofedales, también llamados oconales, es que almacenan agua y que guardan alimento para el ganado todo el año. Como aquí se almacena agua, siempre hay forraje tierno que puede alimentar al ganado”, señaló la representante del Inaigem.

En ese sentido, detalló que el objetivo del inventario será identificar el número, extensión y ubicación de los bofedales del país.

Agregó que la institución se encuentra evaluando aún el alcance de las herramientas de teledetección para definir si se podrá abordar algunas características de estos bofedales.

“Por ejemplo, estamos evaluando si se podrá diferenciar la forma de crecimiento de la vegetación dominante. Es decir, diferenciar bofedales dominados por vegetación tipo cojín, como Distichia muscoides, de aquella dominada por vegetación tipo graminoide, como Carex spp. En el mismo sentido, estamos evaluando si podremos diferenciar sitios de acumulación de turba, de los que no. Estos son aspectos que quisiéramos incorporar, pero dependerá de la calidad de las imágenes satelitales y de radar a las que tengamos acceso”, enfatizó.

Precisó que habrá dos fases de trabajo de campo: la primera para validar la metodología que en este momento se está definiendo, y una fase posterior al desarrollo del inventario, para validar la información generada a nivel nacional.

“En general, para el trabajo de campo esperamos organizar grupos de tres personas, un especialista en teledetección, otro en suelos y en vegetación, para que recojan la información de campo que se requiere”, aseveró.

Asimismo, indicó que el trabajo principal se desarrollará usando super computadoras con alta capacidad de procesamiento de las imágenes, con un proceso “semi-automatizado”. “Es decir, que las computadoras descargan y procesan inicialmente las imágenes, y después tenemos a algunas personas revisando el resultado del proceso y haciendo ajustes a la delimitación del bofedal, cuando se requiera”.

Manifestó que en ese proceso se usarán indicadores de la topografía, de las características de la vegetación y del suelo para que la computadora interprete qué sitio cumple con las características de un bofedal.

“Toda esta información se obtendrá a partir de imágenes obtenidas por sensores satelitales ópticos y de radar. Se espera finalizar con este proceso en el 2022, pero dependerá del financiamiento que se tenga”, puntualizó.

Para ver la entrevista completa, puede descargar la edición 477 de la revista ‘Agronoticias’, a través de este enlace.


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