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  • viernes 22 de noviembre del 2024

Perú: ejes de crecimiento para dar mayor estabilidad al país

El desarrollo de una industria maderera sostenible, la profesionalización de la agricultura con productos financieros, entre otros, son ejes posibles de crecimiento que darían más estabilidad al país.

06 de julio del 2021

Pedro Castillo obtuvo la mayoría de los votos en las elecciones presidenciales de Perú el pasado 6 de junio. El país que comparte con Chile las principales reservas de cobre del mundo es también el lugar donde un 30,1% de la población, más de tres millones de personas, no llega a tener unos ingresos de 100 dólares por mes.

Castillo tiene a su favor lo que parece el inicio de un nuevo ciclo alcista para las materias primas, con el cobre en máximos históricos gracias al auge de las energías renovables y de los motores eléctricos. En su contra, una pandemia que se ha cebado con Perú. También en lo económico le ha ido terriblemente mal: uno de cada diez peruanos debe a la pandemia haberse incorporado a las filas de los que malviven por debajo del umbral de la pobreza.

La historia de Perú no fue siempre así. De hecho, venía de ser el alumno aplicado de la estabilidad macroeconómica y la reducción de pobreza. De acuerdo con los datos de The Economist, entre 2001 y 2016 su economía crecía a un promedio anual del 5,6% y su porcentaje de pobres pasaba del 60% al 21% de la población.

Según la economista Carolina Trivelli, parte de la explicación en el cambio de tendencia tiene que ver con que el modelo ya estaba agotado cuando llegó el coronavirus.

“En los últimos años, la capacidad de reducir pobreza ya estaba muy disminuida”, dice Trivelli, que durante el Gobierno de Ollanta Humala fue ministra de Desarrollo e Inclusión Social.

Mejorar la posición relativa de los pobres en los tres primeros lustros del siglo fue posible, dice, gracias a una combinación de transferencias monetarias (pensiones no contributivas y programas de apoyo alimentario, entre otras) con una agresiva política de inversión pública en infraestructuras. “Eso hizo que las oportunidades del crecimiento llegasen a las poblaciones más excluidas”, explica.

Se generó así una expansión en la capacidad de consumo que a su vez abrió oportunidades, “rápidamente aprovechadas por los sectores informales de la economía”. Para financiarlo no hizo falta subir impuestos porque gran parte del dinero venía del canon minero.

El problema, según Trivelli, es que ese modelo tan dependiente del exterior ya dio de sí todo lo que podía y no se invirtió en el desarrollo de nuevos sectores que “aumenten el PIB potencial del país”.

Ejes de crecimiento

El desarrollo de una industria maderera sostenible, la profesionalización de la agricultura con productos financieros y servicios de predicción meteorológica, el paso de las harinas de pescado para alimento animal a una industria pesquera para el consumo humano o la ampliación del sector turístico son para Trivelli ejes posibles de crecimiento que complementarían los ingresos mineros y darían más estabilidad al país.

Entonces, ¿qué explica una vulnerabilidad que ha dejado a Perú entre los países más afectados por la pandemia? Según Hugo Ñopo, economista del centro de estudios peruano Grupo de Análisis para el Desarrollo, el problema está en la “disfuncionalidad” del mercado de trabajo, “responsable del 80% del ingreso en los hogares”, y su incapacidad relativa para traducir “bonanza macro en bienestar micro”.

“En Perú cuatro de cada diez personas son autoempleadas, y eso que durante mucho tiempo se vio como una solución romántica, a la peruana, tiene como consecuencia una productividad muy baja”, dice.

Según Ñopo, la productividad de esas microempresas casi sin capital y creadas por personas que cocinan galletas en casa, hacen repartos o venden helados, es hasta 16 veces menor a la de las empresas con más de 100 trabajadores. “Hemos apostado por esta historia de los microemprendimientos informales y tenemos muy pocas grandes empresas productivas”, dice.

La informalidad está relacionada con la falta de presencia del Estado. Según Ñopo, muchas personas no buscan trabajo en grandes empresas por el temor a ser explotadas.

Esa insuficiencia en el aparato burocrático es también la razón de otro fenómeno genuinamente peruano: la incapacidad de ejecutar todo el presupuesto, dice Roberto Chang, profesor de Economía en la Rutgers University de Nueva Jersey, informó el diario El País.

 


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