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  • domingo 24 de noviembre del 2024

Latinoamérica redescubre el valor del cacao fino

La región produce el 80% del cacao fino de aroma del mundo, y la materia prima es abundante: está el cacao fino del Caribe, el blanco de Venezuela y Perú y los nativos de Bolivia, Colombia y México.

05 de enero del 2021

El cacao fino tiene ADN latinoamericano, y se extiende por un continente que no siempre ha sabido reconocerlo ni sacarle el suficiente provecho comercial, pero que en los últimos años parece haber redescubierto su valor.

Tradicionalmente, el cacao fino latinoamericano solía venderse como una materia prima más, y la industria del cacao, y de los chocolates en particular, no diferenciaba el cacao latinoamericano del africano, por ejemplo.

Sin embargo, la creciente demanda internacional de chocolates finos provocó que las grandes marcas crearan nuevas líneas de cacao fino, y con ellas nació la oportunidad de fortalecer a miles de comunidades campesinas y de sumar al cacao a una cadena de valor global. También provocó que productores latinoamericanos lograran cierto reconocimiento internacional.

Actualmente, la región produce el 80% del cacao fino de aroma del mundo, y la materia prima es abundante: está el cacao fino del Caribe, el blanco de Venezuela y Perú y los nativos de Bolivia, Colombia y México, por mencionar solo algunos.

Esta madurez del mercado genera una nueva oportunidad que América Latina tradicionalmente no tuvo: un mercado masivo donde promover su cacao y su chocolate fino.

“Para aprovechar la ventaja comparativa de América Latina será necesario atraer tecnología y conocimientos que permitan inovar y desarrollar una oferta de calidad, posibilitando que la producción de cacao fino, chocolates, bombones, chocolate en polvo y otros insumos asociados, alcancen escala global y refuercen la posición competitiva de la región”, dice Federico Vignati, experto en negocios verdes de CAF.

Pero cuanto más grande es el mercado potencial, más grade es la competencia. En varios rincones del mundo están surgiendo nuevos productores y, según Vignati, “si no nos organizamos, el ‘market share’ que tenemos en el momento puede reducirse drásticamente”.

Actualmente, una tonelada de cacao bulk (el más común) tiene un valor promedio de entre 3,100 y 3,500 dólares por tonelada.

El precio del cacao fino de aroma puede oscilar entre 3,500 y 10,000 dólares por tonelada. La producción de cacao promueve directa e indirectamente la inclusión económica de más de 3 millones de personas en la región, en una muestra de que el cacao puede no solo ser lucrativo sino mejorar las condiciones de vida de millones de latinoamericanos.

La organización del sector cacaotero de la que habla Vignati está tímidamente materializandose en algunos proyectos, entre los que destaca la Iniciativa Latinoamericana del Cacao, que integra a los principales productores latinoamericanos de cacao fino de aroma para impulsar la competitividad, fomentar los negocios verdes sostenibles y promover una estrategia regional de desarrollo en los mercados nacionales e internacionales.

Hasta ahora se han unido nueve países (México, Panamá, República Dominicana, Colombia, Ecuador, Perú, Brasil, Costa Rica y Bolivia), y se espera que, gracias a la promoción de la productividad y a la integración de conocimiento y tecnología, logren entrar en mercados que privilegian el biocomercio y la oferta de calidad, como por ejemplo el alemán, el francés o el norteamericano.


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