Los causantes del calentamiento global son la electricidad, agro, deforestación e industria

Por: Robinson León Trinidad

El Perú es el tercer país más vulnerable al cambio climático. Muestra de ello es el retroceso glaciar, la disminución de la disponibilidad de agua para consumo agrícola y humano.

Según la FAO, a medida que el cambio climático evoluciona, la agricultura y la alimentación tienen que seguir el mismo camino. El aumento de las temperaturas, los cambios en las precipitaciones, los patrones climáticos erráticos y la prevalencia de plagas y enfermedades causadas por el cambio climático amenazan la productividad agrícola y por tanto perjudican a la seguridad alimentaria mundial.

Los principales efectos de este proceso en contra del agro nacional y —por consiguiente— en desmedro de la seguridad alimentaria del país son:

1) Desglaciación de nuestras montañas nevadas, que amenaza con extinguir a nuestras principales reservas congeladas de agua dulce, y

2) Cambio de los patrones tradicionales del clima; lo cual implica una mayor frecuencia e intensidad de lluvias torrenciales, desbordes e inundaciones, temperaturas extremas, sequías, heladas, granizadas, nevadas, plagas y enfermedades, entre otros factores adversos.

Según el Panel  Intergubernamental de Científicos sobre el Cambio Climático (IPCC por sus siglas en inglés), constituido en 1988 por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), para investigar y explicar el creciente desquiciamiento del ecosistema planetario e identificar sus alternativas de solución, señala que las principales causantes del calentamiento global —en escala mundial— son:

• El uso de electricidad y fuentes energéticas afines: 25%
• El agro y la deforestación para dar otros usos al suelo: 24%
• La industria: 21%
• El transporte: 14%
• El uso de otras energías: 9.6%, y
• Los edificios y afines: 6.4%

ACCIONES A IMPLEMENTAR

Las principales acciones que debemos aplicar todos los agrarios para contribuir a este esfuerzo son:

EN AGRICULTURA:

• Racionalizar al máximo posible el manejo del agua, incluyendo la tecnificación del riego, con sistemas por gravedad mejorado, por aspersión y por goteo
• No quemar rastrojos, pastos y breñales, sino tratarlos para uso forrajero o para producir bioabono.
• Priorizar el abonamiento y el control sanitario orgánicos, reduciendo al mínimo posible el uso de agroquímicos.
• Instalar cortinas de árboles alrededor de las chacras, para reducir la acción erosiva del viento y morigerar el rigor de las temperaturas extremas.
• Desarrollar sistemas de agroforestería (cultivos y árboles), e
• Instalar invernaderos agrícolas en los Andes.

EN GANADERÍA:

• Triturar e —incluso— moler los pastos y forrajes, para reducir la emisión de gas metano entérico por el ganado.
• Reunir y procesar el estiércol, para producir compost o bioabono y biogás.

FORESTERÍA:

• No talar bosques. Pues los árboles son los mejores capturadores de carbono, y
• Reforestar todos los espacios posibles.

AGUA:

• Desarrollar todas las alternativas posibles de siembra y cosecha de aguas de lluvia.
• No contaminar ni permitir la contaminación de las fuentes hídricas, y
• Tecnificar el riego.

ENERGÍA:

• Instalar sistemas de aprovechamiento del sol, el viento y otras fuentes energéticas limpias y renovables.

MANEJO DE RESIDUOS:

• Asumir y promover la aplicación de las 3R: Reducir, Reusar y Reciclar, en torno a los objetos descartables que puedan ser reutilizados. Por ejemplo, las botellas de plástico y de vidrio, así como las bolsas plásticas, deben ser usadas hasta que se tornen inservibles, y luego ser reunidas para el reciclaje.
• Clasificar los residuos en orgánicos e inorgánicos para llevarlos a centros de acopio, disposición y/o reciclaje.