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  • domingo 19 de mayo del 2024

Guía: Síntomas de deficiencias de micronutrientes en plantas

Guía elaborada con información de International Plant Nutrition Institute, revisada y reeditada por la plataforma Portal Frutícola

02 de abril del 2021

Los micronutrientes son esenciales para el adecuado crecimiento y desarrollo de plantas para obtener rendimientos elevados. Cuando existen deficiencias de uno o varios elementos menores, estos se convierten en factores limitantes del crecimiento y de la producción. Así, en los últimos años, se incrementó el uso de micronutrientes en programas de fertilización por:

  • La continua remoción de elementos menores por los cultivos que en algunos casos, ha disminuido la concentración de éstos en el suelo a niveles abajo de lo necesario para el crecimiento normal.
  • El cultivo intensivo, con un mayor uso de fertilizantes para aumentar rendimientos, que ha incrementado la utilización de elementos menores los cuales no son devueltos al suelo al remover la cosecha.
  • La excesiva acidez de los suelos que reduce la disponibilidad de algunos micronutrientes.
  • El uso de fertilizantes de alta pureza que ha eliminado el aporte de los elementos menores que en pequeñas cantidades estaban presentes en productos de más baja calidad usadas en el pasado.
  • Un mejor conocimiento de la nutrición vegetal que ha ayudado a diagnosticar deficiencias de elementos menores que antes no eran atendidas.

El papel de los micronutrientes es sumamente complejo. Está asociado con procesos esenciales en los que trabajan en conjunto con otros nutrientes. Así, de forma muy general, las principales funciones de los micronutrientes son:

  • Zinc: Interviene en la formación de hormonas que afectan el crecimiento de las plantas. Participa en la formación de proteínas. Si no hay una cantidad adecuada de Zinc en la planta, no se aprovechan bien el Nitrógeno ni el Fósforo. Favorece un mejor tamaño de los frutos.
  • Boro: Se relaciona con el transporte de azúcares en la planta. Afecta la fotosíntesis, el aprovechamiento del Nitrógeno y la síntesis de proteínas. Interviene en el proceso de floración y en la formación del sistema radicular de la planta y regula su contenido de agua.
  • Hierro: Es necesario para la formación de la clorofila, es un constituyente importante de algunas proteínas y enzimas. Es catalizador en los procesos de oxidación y reducción de la planta.
  • Cobre: Catalizador para la respiración y constituyente de enzimas. Interviene en el metabolismo de carbohidratos y proteínas y en la síntesis de proteínas.
  • Manganeso: Influye en el aprovechamiento del nitrógeno por la planta, actúa en la reducción de los nitratos. Importante en la asimilación del anhídrido carbónico (fotosíntesis) y en la formación de caroteno, riboflavina y ácido ascórbico.
  • Molibdeno: Es importante en la síntesis de proteínas y en la fijación simbiótica del Nitrógeno. También ha sido asociado a los mecanismos de absorción y traslación del hierro.
  • Cloro: Aunque pensemos que es un elemento negativo, en cantidades normales no causa fitotoxicidad e interviene en el mantenimiento de la turgencia celular.
  • Níquel: El níquel es un micronutriente olvidado que actúa en la ureasa y es un elemento que se debe aportar en cultivos de alto contenido en aceites grasos, como las nueces pecanas, pistachos y otros frutos secos. Recientemente se ha considerado un micronutriente esencial para las plantas. No se presentan carencias de cloro ya que se aporta de forma continua en la mayoría de aguas.

Cada uno de los micronutrientes tiene funciones fundamentales para las plantas. Sus síntomas de deficiencia son muy similares en muchos casos, por lo que es difícil, si no se trata de un experto, en diferenciar qué nutrientes son los del problema. Por eso, lo más sano es considerar estos nutrientes dentro de la fertilización anual –y existen productos con dosis de estos nutrientes para pequeñas y grandes extensiones de cultivos.

Fertilización foliar:

Las plantas pueden fertilizarse a través de las hojas mediante aplicaciones de sales solubles enagua, de una forma más rápida que por el método de aplicación al suelo.

Los nutrientes penetran en las hojas a través de los estomas que se encuentran en el haz o envés de las hojas y también a través de espacios submicroscópicos denominados ectodesmos en las hojas y al dilatarse la cutícula de las hojas se producen espacios vacíos que permiten la penetración de nutrientes.

Los nutrientes se absorben por el follaje con una velocidad notablemente diferente. El nitrógeno se destaca por su rapidez de absorción necesitando de 0,5 a 2 horas para que el 50% de lo aplicado penetre en la planta. Los demás elementos requieren tiempos diferentes y se destaca el fósforo por su lenta absorción, requiriendo hasta 10 días para que el 50% sea absorbido. En el Cuadro, se detallan tiempos de absorción de algunos nutrientes importantes.

Una vez que se ha realizado la absorción, las sustancias nutritivas se mueven dentro de la planta utilizando varias vías: la corriente de transpiración vía xilema, las paredes celulares, el floema y otras células vivas y los espacios intercelulares. La principal vía de translocación de nutrimentos aplicados al follaje es el floema. El movimiento de célula a célula ocurre a través del protoplasma, por las paredes o espacios intercelulares. El movimiento por el floema se inicia desde la hoja donde se absorben y sintetizan los compuestos orgánicos, hacia los lugares donde se utilizan o almacenan dichos compuestos. En consecuencia, las soluciones aplicadas al follaje no se moverán hacia otras estructuras de la planta hasta tanto no se produzca movimiento de sustancias orgánicas producto de la fotosíntesis.

La fertilización foliar por lo general se realiza para corregir deficiencias de elementos menores. En el caso de macronutrientes tales como el nitrógeno, fósforo y el potasio, se reconoce que la fertilización foliar solo puede complementar, pero en ningún momento sustituir la fertilización al suelo. Esto se debe a que las dosis a aplicar vía foliar son muy pequeñas en comparación con las dosis aplicadas al suelo para obtener buenos rendimientos.

Diagnóstico visual:

El diagnóstico visual requiere de un enfoque sistemático. Aunque existen 13 nutrientes que expresan síntomas de deficiencia, el diagnóstico de estos puede ser simplificado evaluando el tipo de síntoma (clorosis, enanismo etc.) y localización del síntoma (hojas viejas, hojas jóvenes). Algunos de los tipos de síntoma son:

  • Clorosis o amarillamiento uniforme o en los bordes. El síntoma más común se debe a una falta en el desarrollo de la clorofila. La hojas cloróticas varían su color desde un verde claro a un color amarillo.
  • Clorosis intervenal. Las venas de la hoja se mantienen verde mientras el tejido entre-medio de las hojas se torna amarillo.
  • Ocurre muerte o secamiento del tejido asociada con deshidratación y descoloración de los órganos de la planta. Daños asociados con sequía, herbicidas, enfermedades y exceso de sales también pueden causar necrosis.
  • Una reducción en la tasa de crecimiento está asociado a casi todos los síntomas nutricionales. La forma del enanismo puede variar con la deficiencia.

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