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  • miércoles 04 de diciembre del 2024

[EDITORIAL] El 28 de julio, el discurso presidencial y el agro

Así como el 28 de julio de 1821 fue un hito histórico en la historia del Perú, este 28 de julio del 2022 será definitorio en el destino político del presidente del Perú, Pedro Castillo.

28 de julio del 2022

El Perú está cumpliendo este 28 de julio 201 años de independencia política y acabamos de celebrar el bicentenario de nuestra historia republicana.

Sin embargo, pocas veces en nuestra bicentenaria trayectoria republicana el Perú ha vivido –como ahora– una crisis de profundidades sísmicas sobre todo en lo político, espoleada y por el trabajo de sapa de la pandemia, la guerra Rusia-Ucrania y el cambio climático. El Perú de hoy está polarizado, dividido y sin norte. Las principales instituciones rectoras y de gobierno del país, como son el Ejecutivo y el Legislativo, están enfrentados en una disputa cainita y todo la nación parece un barco a la deriva.

Lo peor es que no hay ánimos de conciliación, de acuerdos, de compromiso con el Perú y su pueblo en las clases dirigentes. Todo lo contrario. Porque como dice la historiadora Carmen Mc Evoy, …”hay una cultura de la guerra, y es un poco mi teoría: que el siglo XIX nos ha marcado con esta idea de que, para yo existir, el otro tiene que morir”.

Y el gran riesgo para el Perú es que este descenso a los infiernos político, social, cultural y económico se prolongue en el futuro. Porque la clave del futuro, tal como señalaba el gran historiador de la república, Jorge Basadre, está en que “el Perú escape del peligro de no ser sino una charca, de volverse un páramo o de convertirse en una gigantesca fogata. Que el Perú no se pierda por la obra o la inacción de los peruanos”.

Frente a este escenario dantesco y distópico, miles y millones de peruanos esperan y todavía tienen la remota ilusión de que el discurso del presidente Pedro Castillo Terrones sea no solo un mea culpa de sus estropicios gubernamentales, sino también un reinicio, una puesta en marcha, un juramento de acción y cumplimiento de todas sus promesas incumplidas en todos los sectores del Estado, pero sobre todo en el agro.

En el agro. Porque los millones de peruanos del campo que votaron por él nunca han olvidado que en su mensaje presidencial del 28 de julio del 2021, cuando asumió el gobierno del Perú, ofreció un programa titulado “Agricultura y desarrollo rural” con cinco ejes.

El primero de ellos orientado a luchar contra el hambre y la desnutrición y la inmediata reactivación de la economía rural que, como se sabe, necesita el famoso fertilizante nitrogenado, la urea, que recién desembarcará en puertos peruanos en el mes de septiembre de este año para atender la nueva campaña agrícola 2022-2023. Además, el compromiso de impulsar los programas de compras estatales con productos locales nutritivos y de calidad, para combatir en una manera inmediata el hambre en las zonas rurales y urbanas. Sin embargo, Qali Warma, el mayor comprador de alimentos del Estado, prefiere abastecerse de productos procesados de los grandes oligopolios, como Gloria y Alicorp.

El segundo eje del programa está destinado a activar el dos veces fracasado, por su diseño e implementación, FAE Agro, con una inversión de 3 mil millones de soles. El tercer eje de la propuesta es el plan nacional de industrialización y mejora productiva del campo. Este tercer eje es de una prioridad e importancia decisiva para el campo y la economía peruana, totalmente vulnerable porque es primaria exportadora en el contexto de una economía global cada vez más industrializada y tecnologizada.

El cuarto eje del programa está dedicado al repoblamiento ganadero para mejorar la producción y productividad de más de 1.7 millones de familias ganaderas en la Costa, Sierra y Amazonía. El quinto eje del programa está dedicado a poner en marcha los proyectos de irrigación, además de la siembra y cosecha de agua y el aprovechamiento sostenible de nuestra biodiversidad.

La siembra y cosecha de agua ya es una cuestión de vida y muerte en el agro peruano. De acuerdo a un informe de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) del viernes 22 de julio, los glaciares andinos han perdido, en los últimos 30  años, el 50 por ciento de su superficie, lo que significa que solo queda el 50 por ciento del agua de lluvia regulada por los glaciares y que alimentan la napa freática, los puquiales, los lagos y ríos y que dan vida a la agricultura y a todas las especies vivas de la Tierra.

Todo el programa “Agricultura y desarrollo rural”, además de la casi entelequia “Segunda Reforma Agraria” es, a la fecha, como la cuadratura del círculo, algo imposible de alcanzar, pese que se acaba de formar un grupo de trabajo para analizar la viabilidad  financiera del sector, con la inclusión de Conveagro, además del MEF y Agrobanco y se están coordinando propuestas de los términos de referencia para  que los programas sociales del Estado compren alimentos a la pequeña y mediana agricultura familia, una norma tantas veces postergada por la inoperante burocracia. Hay que reconocer que estas recientes iniciativas corresponden al nuevo ministro de Desarrollo Agrario y Riego, Eco. Andrés Alencastre Calderón.

Así como el 28 de julio de 1821 fue un hito histórico en la historia del Perú, este 28 de julio del 2022 será definitorio en el destino político del presidente del Perú, Pedro Castillo Terrores, y posiblemente de toda la clase política peruana en el gobierno, tanto en el Ejecutivo como en el Legislativo.

Porque este “realismo fantástico llamado Perú”, como dice el estudioso Guillermo Rochabrún, tiene que cambiar. Si Pedro Castillo no cambia, si sigue siendo el mismo maestro rural que generó ilusiones y esperanzas que en el gobierno los han convertido en cenizas y si los políticos del Congreso siguen como catecúmenos de la necropolítica y como lacayos del cadáver insepulto del sistema que es una fábrica de pobres y una máquina trituradora de la Madre Naturaleza, millones de peruanos dirán hasta aquí nomás.

Porque son ellos, millones de jóvenes, hombres y mujeres, gente de la ciudad y del campo, pueblos originarios de los Andes y la Amazonía, amas de casa, obreros, intelectuales, todos y todas que dirán como Basadre que “El Perú es más grande que sus problemas”. 

Escrito por: Enzo Alminagorta Via y Rada.       


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